martes, 26 de junio de 2012

Respuesta a Roberto Aguilar:

NO SEÑOR MINISTRO. EL DEBATE  EDUCATIVO 
NO HA CONCLUIDO

Hace cuatro años, cuando todavía los diferentes sectores sociales tenían ilusiones en el gobierno del MAS, nos hubieran apabullado e impuesto su reforma anticientífica y retrógrada. Ahora, la situación es totalmente diferente, comprenda que la clase media de las ciudades, los trabajadores asalariados y cuentapropistas, los indígenas agrupados en el CIDOB y el CONAMAQ y sectores importantes de campesinos pequeños propietarios ya se han alejado e independizado del control político del oficialismo. Ahora, son ustedes quienes están nadando contra la corriente y ya nadie les cree.

En este ambiente político es que se realiza el presente debate educativo. Usted, desesperado en ocultar el contenido “pachamámico” de su ley y sus principios reaccionarios y subjetivos, ha buscado confundir a la población hablando de una otra reforma sacada de su cabeza supuestamente acorde con el desarrollo de la ciencia y la tecnología actuales (eso que su ley dice que es “occidental” y “colonizador”). Nosotros, por el contrario, hemos insistido en mostrar críticamente a los maestros y a todos los sectores sociales del país la verdadera naturaleza de su ley; hemos analizado críticamente sus bases y fundamentos y hemos mostrado las consecuencias nefastas de la aplicación de la malla curricular para la educación y el magisterio. 

Le confesamos que nos ha sorprendido que tan pronto, el día martes 7 de febrero, por Radio Panamericana, hubiera retrocedido anunciando que la aplicación de la nueva malla no era obligatoria, que no habrán sanciones administrativas y económicas para los maestros renuentes y lanzara el anzuelo (en forma de chantaje) poco imaginativo e inmoral prometiendo que, los maestros que se empeñen en aplicar la reforma serán convertidos en “licenciados” y “posgraduados”; además, ha lanzado la velada amenaza de que los maestros renuentes “no podrán ascender de categoría”. Pero más nos ha sorprendido su anuncio de que “el debate con los Trotskystas ha concluido” porque dice Ud. que “tenemos actitudes e intenciones políticas”.

Señor Ministro, parece que el poder lo ha embriagado; se cree un dios olímpico que puede disponer a voluntad quién asciende de categoría, quién puede ser licenciado o magister, cuándo empieza o termina el debate educativo, etc. Nosotros le ratificamos que el presente debate continúa y los maestros seguiremos luchando, junto a la mayoría de la población, para defender las pocas conquistas de la educación y del magisterio.

Es cierto, nuestra actitud es política  y la de usted y su gobierno también. Nosotros buscamos denudar a su gobierno como lo que realmente es, un sirviente de las transnacionales y de la empresa privada nacional, un gobierno que impone ideas reaccionarias como la negación de la lucha de clases cuando teoriza sobre las relaciones recíprocas y complementarias en la interculturalidad, un gobierno que ya usa el garrote para imponer su política económica hambreadora contra los pobres de este país.